Sumido en una profunda melancolía, fruto de mi estado de salud y del tiempo de Navidad, que a todos nos toca la fibra sensible, y recordando mi viejo oficio, he acudido a la red omipresente, para desde el lecho del dolor, penetrar en la página de radiología del Macarena, para, aunque postrado, poder seguir atento a los vericuetos de tan lúcida e imprescindible disciplina en el saber médico actual.
Grata sorpresa me he llevado al contemplar, atónito, que no había caso, sino una simpar muestra de pintura navideña. No he podido evitar un escalofrío, en este caso más fruto de la emoción, que de la temida gripe A, que al fin, ha recaído en estos viejos huesos, ilusos al pensar que se habían librado de ella y renegando de la monja de la gripe, a la que espero también le haya llegado su hora, en el sentido gripal de la palabra.
Por fortuna, parece que se va pasando de manera más liviana que la gripe de siempre, aunque no recuerdo yo que, en aquélla otra ocasión en que me vi sorprendido por la enfermedad, tuviera mi estómago tanta capacidad de engendrar líquidos, ni mi escueta musculatura toracoabdominal, tanta fuerza para su expulsión, quedándome también maravillado al conocer, tras el examen minucioso de lo lanzado al exterior, que, en verdad, la digestión de los alimentos no dura sólo dos horas como nos habían enseñado diligentemente (acompañado de algún golpe alentador) nuestros mayores en la tierna, y ya lejana, infancia, sino que pude comprobar empíricamente nutrientes reconocibles de varios días atrás. ¿Será que no sólo se abre el cardias, sino también el píloro, en esa especie de vorágine retroactiva que supone ese emetismo compulsivo e incontrolable?
Gracias a los cielos y la bendita Providencia (que por algo es Navidad), ese acto infame de expulsar lo que dentro ha de quedar, ha cesado, aunque persiste cierta fiebrecilla que no me deja pensar con claridad, como queda demostrado en estas letras, que espero no se tomen a mal.
En definitiva, lo que yo quería decir es que, aunque tarde, también deseo Feliz Navidad, Fin de Año, Reyes y Fiestas a todo el mundo
ohhhhhhh noooooooo también es mala suerte pillar la enfermedad en plenas vaciones y de manera tan poco digna además. ¿Esta usted seguro de que se trata de la temida gripe? ¿No podría deberse a algún exceso de alimentos , una intoxicación o un envenenamiento fallido tan frecuentes en estas fechas ? piénselo bien ¿qué comió, dónde y con quién estuvo?. En cualquier caso espero que se recupere pronto y podamos celebrar pronto el nuevo año . un abrazo
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Sumido en una profunda melancolía, fruto de mi estado de salud y del tiempo de Navidad, que a todos nos toca la fibra sensible, y recordando mi viejo oficio, he acudido a la red omipresente, para desde el lecho del dolor, penetrar en la página de radiología del Macarena, para, aunque postrado, poder seguir atento a los vericuetos de tan lúcida e imprescindible disciplina en el saber médico actual.
Grata sorpresa me he llevado al contemplar, atónito, que no había caso, sino una simpar muestra de pintura navideña. No he podido evitar un escalofrío, en este caso más fruto de la emoción, que de la temida gripe A, que al fin, ha recaído en estos viejos huesos, ilusos al pensar que se habían librado de ella y renegando de la monja de la gripe, a la que espero también le haya llegado su hora, en el sentido gripal de la palabra.
Por fortuna, parece que se va pasando de manera más liviana que la gripe de siempre, aunque no recuerdo yo que, en aquélla otra ocasión en que me vi sorprendido por la enfermedad, tuviera mi estómago tanta capacidad de engendrar líquidos, ni mi escueta musculatura toracoabdominal, tanta fuerza para su expulsión, quedándome también maravillado al conocer, tras el examen minucioso de lo lanzado al exterior, que, en verdad, la digestión de los alimentos no dura sólo dos horas como nos habían enseñado diligentemente (acompañado de algún golpe alentador) nuestros mayores en la tierna, y ya lejana, infancia, sino que pude comprobar empíricamente nutrientes reconocibles de varios días atrás. ¿Será que no sólo se abre el cardias, sino también el píloro, en esa especie de vorágine retroactiva que supone ese emetismo compulsivo e incontrolable?
Gracias a los cielos y la bendita Providencia (que por algo es Navidad), ese acto infame de expulsar lo que dentro ha de quedar, ha cesado, aunque persiste cierta fiebrecilla que no me deja pensar con claridad, como queda demostrado en estas letras, que espero no se tomen a mal.
En definitiva, lo que yo quería decir es que, aunque tarde, también deseo Feliz Navidad, Fin de Año, Reyes y Fiestas a todo el mundo
ohhhhhhh noooooooo también es mala suerte pillar la enfermedad en plenas vaciones y de manera tan poco digna además. ¿Esta usted seguro de que se trata de la temida gripe? ¿No podría deberse a algún exceso de alimentos , una intoxicación o un envenenamiento fallido tan frecuentes en estas fechas ? piénselo bien ¿qué comió, dónde y con quién estuvo?. En cualquier caso espero que se recupere pronto y podamos celebrar pronto el nuevo año . un abrazo
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